lunes, 11 de junio de 2012

Mayores y voluntariado, participando para mejorar la sociedad

Según la Ley de Voluntariado de 15 de enero de 1996, podemos definir la acción voluntaria como:    "el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, mercantil o cualquier otra retribuida y reúna los siguientes requisitos:
- Que tenga carácter altruista y solidario.
- Que su realización sea libre, sin que tenga su causa en una obligación personal o deber jurídico.
- Que se lleven a cabo sin contraprestación económica.
- Que se desarrollen a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas y proyectos concretos."  
Serían muchas las definiciones que sobre voluntariado podríamos encontrar, pero todas irían encuadradas dentro de esta línea.
Según el informe publicado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), "El perfil de las personas mayores en España, 2011", el número de personas mayores de 65 años el pasado año 2011 era de más de ocho millones, situándose en 5.688.528 personas en la franja de edad de entre 65 y 79 años.
En el año 1991, la población mayor de 65 años se situaba en 5.370.000 personas,  y un total de 4.200.000 tenían entre 65 y 79 años, por lo que podemos ver el incremento en esta franja de edad.
Ésto da lugar a nuevas demandas por parte de éste colectivo, y una de ellas serían las actividades de voluntariado.

El pasado 2011 se celebró el "Año Europeo del Voluntariado", que pretendía visibilizar estas actividades, así como servir de plataforma de apoyo e intercambio de experiencias.
¿Qué beneficios presenta la actividad voluntaria de éste colectivo tanto para ellos como para el resto de la sociedad?
En la jornada de debate "Participación y voluntariado de las personas mayores y envejecimiento activo", que celebró el IMSERSO el pasado año 2011, se reflexiona en torno a ésto. Acerca de los beneficios se habla de la creación de espacios de interrelación, de relaciones personales, del ejercicio de los valores solidarios y de la competencia profesional.
Y entre las necesidades se recalca el reconocimiento de la diferencia de perfiles entre las personas mayores que participan como voluntarias, así como la importancia de estructurar la participación a través de canales democráticos y plurales, haciendo especial incidencia en la formación.
Algunas de las experiencias de voluntariado entre personas mayores que se recogen  en dicho artículo serían:
-"Los mayores también cuentan": Proyecto del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo y de la Fundación Girasol Madrid, en la que personas mayores voluntarios relatan cuentos o experiencias propias a otros mayores en residencia o centros de día, o a jóvenes y niños a través de talleres intergeneracionales.

-"Voluntarios Culturales Mayores para Enseñar los Museos y Catedrales de España a Niños, Jóvenes y Jubilados", iniciativa promovida por Obra Social Caja Madrid y la Confederación Española de Aulas de la Tercera Edad (CEATE) consistente en la preparación de personas jubiladas para que puedan participar como guías en diversos museo de España, catedrales, palacios, iglesias y monumentos histórico-artísticos.

Estaríamos hablando de un cambio de mentalidad para éste grupo de personas, que pasarían de ser habitualmente receptores de actividades de voluntariado (sobre todo de actividades de acompañamiento y apoyo en tareas), a ofrecer ellos sus conocimientos para la ayuda a otras personas.

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